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Soy Migrante: Aziz (Marruecos, 561,74 kms)
Mi nombre es Aziz, soy de Casablanca, y vivo en El Ejido. Llevo en Andalucía 29 años, ya es más tiempo aquí que en Marruecos. Soy simpático, gracioso, bromista, religioso y en algunos casos muy serio.
Cuando llegas a un país nuevo, cuesta un poco la adaptación porque desconoces el idioma, la cultura... Por mucho que leas en los libros o que te cuenten, vivirlo es distinto. Te llama la atención la manera de vestir, de comportarse, la religión, la alimentación… Entonces empiezas a hacer tu vida acercándote a la cultura sin dejar la tuya, es un poco complicado, pero tienes que ir eligiendo lo que coges. En los primeros años había gente que me miraba por el color de piel porque no había mucha gente así. Llevaba el pelo más largo y algunos niños me tiraban del pelo creyendo que no eran mío. Son cosas que no pasan en mi país porque vives con los tuyos y como tú hay bastantes (risas).
Emigrar no es fácil, pero cada persona sueña con lo que quiere realizar en su vida y a lo mejor en su país de origen no lo puede conseguir. Si solo al cambiar de empresa en la misma ciudad, sientes que tienes que empezar de nuevo, al migrar tienes que hacer doble trabajo para presentarte y demostrar quién eres, mientras que en casa todos te conocen.
''Emigrar no es fácil, pero cada persona sueña con lo que quiere realizar su vida y a lo mejor en su país de origen no lo puede conseguir''.
Lo que más echo de menos es la familia y eso no está pagado con nada. No tengo padre, pero mi madre está cada vez mayor, y es muy duro no poder vivir con ella esos momentos, estar a su lado, acompañarla a hacer la compra, al médico… Poder decirle, “tu hijo está aquí al lado”. También no ver a tus sobrinos crecer, no ver a tus hermanos…. La familia en general. También a los amigos porque son los amigos de tu barrio los que te han acompañado a los estudios, los de toda la vida, con lo que puedes compartir con tranquilidad. Y por último, las raíces, te falta todo.
Aquí conozco bastante a mis vecinos. Mis niños van al colegio junto con los demás y muchas veces cuando han tenido curiosidad por nuestras fiestas como el fin del Ramadán o la fiesta del cordero, les hemos contado todo de corazón. A veces vienen a tomar té a nuestra casa… Durante el confinamiento, nos comunicábamos por los balcones.
Lo que más me gusta de vivir en Andalucía, sinceramente, es la gente. Encajo con ellos porque son muy bromistas y eso te invita a comunicarte con ellos, a aprender el lenguaje...
