Historia
By:
  • Mohammad Osman Azizi / Avand Azeez Agha.

Afganistán – Sahar*, mujer afgana de 19 años, nació en Irán, donde pasó toda su vida después de que su familia escapara de Afganistán en 1998 por la agitación política y los cambios de poder en ese país. A pesar de los desafíos de tener que vivir como migrante y las desavenencias financieras de su familia, Sahar se dedicó a estudiar, soñando con un futuro mejor para ella y sus dos hermanos menores.

“Me sentí muy feliz cuando asistí a la escuela por primera vez. Me encantó aprender y hacerme de nuevos amigos allí”, dijo Sahar.

El ambiente que reinaba en su hogar, por el contrario, era marcadamente diferente.

La madre de Sahar sufría de una enfermedad crónica que empeoró luego de que su padre volviera a casarse. Después del fallecimiento de la madre, tanto su padre como su madrastra se pusieron agresivos y abusivos con Sahar y sus hermanos.

“Después del fallecimiento de mi madre mi mundo se sumió en la oscuridad”, dijo Sahar.

Sahar trabajó incansablemente en restaurantes para poder ayudar a su familia y asistió a la escuela en secreto, a pesar de que su padre y su madrastra se oponían. Tuvo una vida difícil, debiendo soportar abusos en su casa cada vez que descubrían que seguía yendo a la escuela.

Esta situación le pasó factura a la salud mental de Sahal, quien intentó quitarse la vida en más de una oportunidad. “Mis hermanos menores fueron mi única fuente de tranquilidad y de fortaleza. Sus sonrisas inocentes y su amor incondicional me permitieron seguir”.

Sahar encontró fortaleza en el afecto de sus hermanos. Ilustración: OIM/Zuhal Nabi

Sahar tomó la difícil decisión de irse de la casa de su padre junto a sus hermanos. Pasaron innumerables noches vagando por las calles y durmiendo en parques hasta que finalmente ella encontró un trabajo y pudo alquilar un pequeño apartamento. A pesar de los abrumadores desafíos logró inscribir a sus hermanos en la escuela y trabajó duro para darles un sentido de estabilidad.

Un día uno de los hermanos de Sahar se enfermó y requirió de una intervención quirúrgica. Con sus limitados ahorros, Sahar lo llevó a un hospital público en Teherán. Cuando intentaron registrarlo para la cirugía, no pudieron presentar la documentación necesaria. Su padre había retenido todos sus documentos y en su prisa por irse Sahar ni siquiera intentó recuperarlos, temiendo ser descubierta en sus planes de huir. Por todo esto el hospital los denunció ante la policía lo cual derivó en su detención y su retorno forzoso a Afganistán.

Sahar se sintió abrumada por el miedo en la frontera de Islam Qala, perseguida por las imágenes de Afganistán asolado por la guerra. Ilustración: OIM/Zuhal Nabi

Al momento de su llegada a la frontera de Islam Qala en Herat, Sahar se sintió atrapada por la incertidumbre y el temor. Nunca había vivido en Afganistán – era una tierra que sólo conocía gracias a los relatos sobre los problemas que allí había. La realidad de su situación era desalentadora, dejándola profundamente preocupada por su futuro.

“Cuando llegamos por primera vez a la frontera de Islam Qala, el temor me consumía”, dijo Sahar, con voz temblorosa mientras recordaba esos difíciles momentos.

Sahar y sus hermanos se acercaron al centro de recepción de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Islam Qala, en el que tanto los afganos retornados forzosamente como los que volvieron por voluntad propia son evaluados para detectar sus vulnerabilidades. También se les entrega colaciones y comidas calientes antes de ser trasladados a los centros de tránsito de la OIM. 

A su llegada el centro de tránsito, los migrantes reciben apoyo adicional de la OIM y sus asociados, incluyendo alojamiento para pasar la noche, alimentos y cuidados de la salud. Los retornados indocumentados vulnerables como Sahar y sus hermanos también acceden a apoyo de protección especializada.

La cifra de retornados desde Irán sigue siendo consistentemente alta. De enero de 2023 a julio de 2024 1,7 millones de afganos indocumentados retornaron desde irán a Afganistán. Un 60% retornó forzosamente.

"Recibimos efectivo para el transporte hasta nuestra provincia de origen. Yo recordé que cuando era niña, mi madre me decía que nosotros éramos de Balkh*. Le dije a mis hermanos que estábamos yendo a Balkh sin tener idea de cómo se veía ese lugar ni el idioma que hablaban”, relata Sahar.

Sahar cose prendas en su hogar. Ilustración: OIM/Zuhal Nabi

A su llegada a Balkh en el norte de Afganistán, la OIM le brindó a Sahar apoyo de protección adicional y derivó a sus hermanos para que recibieran tratamiento médico.

Un día quiso comprar prendas de vestir para ella y sus hermanos pero no estaban a su alcance, motivo por el cual Sahar decidió aprender a coser intentando recordar lo que veía cuando su madre cosía. Pidió prestada una máquina de coser a un vecino y confeccionó prendas para ella y sus hermanos. Una vez que se sintió confiada con sus habilidades, usó los fondos provistos por la OIM para comprar una nueva máquina de coser.

Ella siguió practicando hasta que se sintió lo suficientemente entrenada como para comenzar con un pequeño negocio. Ahora cose prendas para la mayor parte de los integrantes de su comunidad obteniendo un modesto ingreso que le permite apoyar a sus hermanos.

Desde agosto de 2021, millones de mujeres y jóvenes afganas han estado luchando contra decretos cada vez más restrictivos, que las han confinado a sus hogares y que han restringido sus importantes contribuciones a la sociedad. En 2023, Afganistán ocupó el último lugar en un ranking del Índice de Paz y Seguridad de las Mujeres, publicado anualmente por el Instituto para las Mujeres, la Paz y la Seguridad de Georgetown, que busca capturar los avances de los Estados en relación a la inclusión, la justicia y la seguridad de las mujeres.  

Para Sahar esto también implicó una carga adicional de temor e incertidumbre mientras comenzaba su nueva vida en Balkh.

"Regresar a Afganistán me dio mucho miedo. Los derechos y libertades que las mujeres y jóvenes en ese país habían logrado se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos. Cada día me preocupo por mi propia seguridad y por el futuro de mis hermanos”, dijo Sahar.

Sahar sueña con el día en que ella y sus hermanos puedan vivir sin miedo. Ilustración: OIM/Zuhal Nabi

A pesar de los desafíos Sahar tiene la firme determinación de crear una vida mejor para ella misma y para sus hermanos.

"Yo quiero ver un futuro libre de dificultades para mí y para mis hermanos. Sueño con convertirme en doctora, ayudar a los demás y ver que mis hermanos se educan y valen por sí mismos”, declaró Sahar.

 

Desde enero de 2023 a julio de 2024, en sus centros la OIM brindó asistencia posterior a la llegada a 841.521 migrantes afganos retornados. Esa asistencia incluyó apoyo de protección especializada para 101.330 retornados indocumentados vulnerables como Sahar y sus hermanos, que fue posible gracias a los fondos aportados por la Dirección General Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea;  la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de EE.UU.; la Oficina del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones; el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos; el Fondo Central de Respuesta de Emergencia de Naciones Unidas, el Gobierno de Japón; la Secretaría de Migración del Estado Suizo; la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo; y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega.

La OIM y sus asociados reiteran su llamamiento a todos los países para que de inmediato pongan un alto a los retornos forzosos de afganos, tanto a corto como a largo plazo, hasta que se garantice que los retornos serán en condiciones seguras, dignas y de modo voluntario, con independencia del estatus de la persona. La OIM aboga por el establecimiento de vías de migración regular y por el acceso a documentación que minimice la migración irregular y reduzca los riesgos de los migrantes vulnerables.

 

*Los nombres y detalles identificatorios han sido cambiados a fin de proteger la identidad de Sahar.

Esta historia fue escrita por Mohammad Osman Azizi y editada por Avand Azeez Agha. Para más información por favor contactar con: mohamazizi@iom.int

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