Soy Armel Nya, soy de Camerún y vivo en Tomares, (Sevilla). Me defino como un humano amante de la vida y de la humanidad. Mi padre solía decirme que soy un soñador y yo me identifico con esto. Soy un soñador, un caminante que desde mi realidad cada día intento dar lo mejor de mí.

El sueño que me hizo salir fue encontrar un espacio donde poder desarrollarme, mejorar mi vida y la de mis hermanos que se han quedado en mi tierra. Yo desde pequeño nunca soñé con ser famoso o ser rico, siempre he soñado con cuidar a mi familia y es el sueño que hasta hoy me sigue moviendo.

Para mí, ser migrante es intentar adaptarme siempre a mi realidad, pero también estar lleno de añoranza a mi tierra. Sueño con volver y es desde mi día a día que intento construir ese reencuentro. Así lo vivo cotidianamente porque echo todo de menos: mi tierra, mi familia, mi lengua…

''De Andalucía me gusta la alegría que se palpa en el ambiente, la sencillez de la gente, su humildad y esta predisposición a ayudar siempre, una solidaridad que hasta sorprende''.

De Andalucía me gusta la alegría que se palpa en el ambiente, la sencillez de la gente, su humildad y esta predisposición a ayudar siempre, una solidaridad que hasta sorprende. Creo que es uno de los motivos por los que no me he ido de Sevilla, aunque tengo amigos en otros lugares. Cuando llegué y no tenía a nadie en Sevilla, no entendían que me quedara aquí solo, pero yo me sentía a gusto. Es algo muy parecido a mi tierra: esta hospitalidad, solidaridad, acogida, sonrisa fraterna… Creo que es de alabar y reconocer a la sociedad andaluza. Por lo menos en el entorno en el que yo me he movido.

Si tuviera que resumir mi experiencia en Andalucía diría lo primero acogida y hospitalidad, que fueron imprescindibles. Esto me trajo serenidad y paz, sobre todo interior, porque yo llegaba con miedo, y esta acogida me ayudó a ver que, aunque el mañana es incierto tengo a mi lado personas con las que hacerle frente. También diría ‘oportunidad’ porque Andalucía me da muchísimas oportunidades para seguir creciendo y aprendiendo. Por último, diría ‘agradecimiento’. Todo esto me ha ayudado da darme cuenta de lo afortunado que soy y solo puedo ser agradecido, no hay otra palabra.

Desde que empecé a trabajar, guardaba el dinero de las horas extras en una hucha y al final de año, lo utilizaba para pagar matrículas escolares en mi tierra, no solo de mi familia, sino de cualquier persona que la vida pusiera en mi camino y necesitara ayuda. Cuando conocí a mi mujer, se unió y después vinieron sus padres, sus hermanos, sus amigos… Llegados a ese punto, creamos la asociación Makwebo para dar un cauce legal a todas estas buenas voluntades.
 

Esta historia de vida forma parte de la primera fase de la campaña de sensibilización ''Soy Migrante''.

SDG 4 - EDUCACIÓN DE CALIDAD
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS