Mohammed (Marruecos, 846.8 km)

Me llamo Mohamed, nací en Marruecos y hace tres años llegué a España, donde vivo, en Jerez de la Frontera. En mi país estaba estudiando, pero decidí irme en busca de un futuro mejor. Recuerdo que cuando tomé la decisión sentí miedo, y no sabía que pasaría conmigo. Durante mucho tiempo tuve en mente venir a España, conocía gente que ya estaba aquí y eso me animaba a hacerlo. Pero el camino hasta aquí no fue fácil, pasé por momentos muy duros en los que pensé en rendirme y volver, echaba de menos a mis padres y a mis hermanas.

Lo primero que noté al llegar a Andalucía fue que la gente aquí es muy abierta y generosa, eso me recordó mucho a mi país. Me siento apoyado y las personas me animan a seguir trabajando por mis sueños. Algo que me ha sorprendido aquí es la Semana Santa, cómo la gente sale a la calle, los pasos y la festividad en general son cosas que no había visto nunca y me parece impresionante.

Ser migrante no es fácil. Hay mucha gente que decide dejar su país para cambiar su vida, tener mejores oportunidades y elegir otro camino, pero eso implica dejar a tu vida atrás y con ella todo lo que conoces. El proceso es difícil también para las personas que se quedan. Mi madre estaba muy preocupada cuando tome la decisión de migrar, no tener noticias de mí y no saber cómo estaba le angustiaba.

Tengo muchos amigos, algunos son de Andalucía y otros han venido desde otros países a vivir aquí. En mi vida hay diversidad, cuando salgo a la calle me encuentro con gente de África, de Asia o de América Latina. Para mí, Andalucía es muy acogedora y diversa. Si la resumiera en tres palabras diría que Andalucía es felicidad, tranquilidad y libertad.

Actualmente he retomado mis estudios, y formo parte de un equipo de futbol. He podido conocer gente nueva a través del club deportivo del que formo parte, y poco a poco he creado nuevas redes de apoyo.

Esta historia de vida forma parte de la campaña “Soy Migrante”, como parte del proyecto “Marca la Diferencia”