Me llamo Mika, soy escritora y vine de Kazajistán a Sevilla con mi marido y mis tres hijos hace más de un año. He tenido la oportunidad de viajar mucho; entre países y continentes. Cuando llegué quería conocer como era la vida aquí, las personas y la cultura, y me interesaba mucho descubrir la influencia árabe que existe y las similitudes que tiene con la de mi país.

Llegué a Andalucía porque le ofrecieron un trabajo a mi marido. Tuvimos elección de cualquier parte de España y elegimos Sevilla porque nos parecía un lugar único. Hoy sé que hicimos muy buena elección.

Para mi ser migrante es una oportunidad que te da la vida, pero también un desafío que se vive todos los días. Retos que se superan uno a uno; hay que aprender un idioma nuevo, conseguir adaptarse cuando antes y conocer la cultura del lugar al que has llegado.

"El mundo es tan grande e interesante que resulta una pena que alguien quiera moverse y no lo haga. La migración es movimiento y globalización, es conocerte a ti y al mundo que te rodea"

Para alguien que decide migrar, actualmente hay muchas posibilidades, no es como antes. El mundo es tan grande e interesante que resulta una pena que alguien quiera moverse y no lo haga. La migración es movimiento y globalización, es conocerte a ti y al mundo que te rodea.

Cuando llegué a Andalucía me sorprendió la belleza con la que me encontré, tanto humana como arquitectónica, me resulta muy inspirador cuando escribo. También la religiosidad de la sociedad; con las hermandades, la gran cantidad de iglesias y las procesiones, todo esto en mi país no lo hay y me resultó muy interesante. Me llamó la atención también la vida de calle, viniendo de un lugar tan frio, a uno donde se puede salir y estar fuera cualquier día del año. Siempre hay gente hablando, comiendo, tomando algo en una terraza, y esa es una forma muy buena de conectar.

Mi adaptación ha sido rápida y fácil gracias a la gente, que es muy agradable y abierta. Yo ya hablaba algo de español cuando llegué y eso ayuda también al momento de integrarte. Me he sentido muy bien recibida y he conseguido crear una red de amigos y colegas andaluces muy buena. Mis hijos están felices aquí, he visto evolucionar a mi familia, y yo me siento segura. Para mi Andalucía es alegría, buena comida y buena gente. Para mí el concepto de comunidad es muy importante, las personas como yo que caminamos por el mundo constantemente no tenemos una familia con nosotros todo el tiempo, así que creamos una a donde vamos.

"Tras haber migrado he aprendido que no debemos juzgar. Cuando se llega a un sitio nuevo hay que adaptarse, no arrastrar ideas y pretender imponerlas. Es importante ser tolerante y aprender de las diferencias"

También hay cosas que echo de menos, como hablar mi idioma, la comida, o la gente en general. Pero he encontrado similitudes que me hacen sentir cerca, por ejemplo, el canto. Igual que aquí con el flamenco y el sevillano, nosotros cantamos al mundo; sobre el amor, la tristeza o el dolor.

Tras haber migrado he aprendido que no debemos juzgar. Cuando se llega a un sitio nuevo hay que adaptarse, no arrastrar ideas y pretender imponerlas. Es importante ser tolerante y aprender de las diferencias. Mi mensaje para el mundo es el mismo que le doy a mis hijos: no tener miedo al cambio, puede salir mal o bien, pero lo importante es no dejar de intentarlo, ya que el resultado siempre será interesante.

Dentro de unos años me gustaría cambiar de continente, aún no he vivido en África y me gustaría describir países africanos también.

Esta historia de vida forma parte de la campaña “Soy Migrante”, como parte del proyecto “Marca la Diferencia”

SDG 4 - EDUCACIÓN DE CALIDAD
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS