Me llamo Ibrahima, soy de Senegal y ahora vivo en Sevilla. Tengo 20 años y soy una persona activa, sociable y abierta. Me gusta mucho conocer gente nueva.

Cuando decidí venir a España mi sueño era trabajar, para lograr enviar dinero a mi familia, ya que soy el responsable de mi casa. A nivel personal, mi sueño es ser futbolista, aunque ahora mismo, por la falta de documentos no puedo unirme a ningún club. Mi enfoque está puesto en poder trabajar, ahorrar, enviar dinero a mi familia y hacer mi vida mientras contribuyo con este país que me ha acogido.

Hay personas que deciden migrar, y hay otras que lo hacen porque tienen que hacerlo. El problema es cuando esto se traduce en conflicto o racismo. Es una vida dura, te enfrentas a situaciones complicadas. Yo vine desde África en barco y pasé en el mar más de 12 días, sin saber a dónde iba a llegar.

Al llegar a las Islas Canarias, pasé por varios centros de menores y recursos de acogida hasta que fui trasladado a Andalucía. Mi primer pensamiento fue que tenía que esforzarme para aprender el idioma, pues eso me ayudaría a avanzar. Así que aproveché para aprender en los centros e intentaba practicar con todas las personas con las que pudiera.

Mi enfoque está puesto en poder trabajar, ahorrar, enviar dinero a mi familia y hacer mi vida mientras contribuyo con este país que me ha acogido

En Andalucía he encontrado un lugar donde me siento bien. Los vecinos que tengo aquí son muy buenos; es gente tranquila y educada. Con la gente en la calle me relaciono bien, puedo ir al parque, jugar futbol y hacer amigos. Además, hablo mucho con los trabajadores sociales, que son todos andaluces.

En general he aprendido mucho sobre la cultura española. La gente de Sevilla es muy distinta a la que he conocido en otros lugares de España. Es importante saber cómo hablar y como relacionarse con cada uno de ellos. Aquí en Sevilla me gusta mucho la cultura porque son personas muy abiertas. Además, aquí en Sevilla te encuentras con personas de todo el mundo. Para conocer gente nueva es muy fácil, basta con salir a la calle. Hace poco conocí a un chico en la parada de autobús, comenzamos a hablar y ahora somos muy buenos amigos.

En mis ratos libres me gusta leer y escribir, disfruto de salir a correr o dar un paseo por el parque, y también me gusta mucho dormir.

Extraño mucho a mi madre, a mi familia y a mis vecinos. Hablo mucho con ellos. Y cuando las cosas se ponen difíciles intento pensar que esto va a pasar.

A mí me gustaría poder prepararme, estudiar y trabajar. De esa manera, cuando más personas lleguen a Sevilla por primera vez yo podría orientarlas, ayudarles a adaptarse y a cumplir sus sueños. Podría también apoyar como traductor en algún centro de acogida, o para realizar alguna actividad. Si se necesita, yo puedo hacerlo.

En los próximos cinco años me gustaría tener un trabajo, poder tener una casa para traer a mi familia, ser feliz e independiente y seguir conociendo este país que me ha acogido.

A las personas que estén pensando en emprender su proyecto migratorio, les diría que lo mejor es hacerlo por los medios correctos, aunque sea complicado, es mejor que hacerlo de manera irregular, ya que el viaje es muy duro. Y una vez que lleguen aquí hay que encontrar la manera de integrarse, ser respetuosos y conocer como son las personas, siempre siendo transparente y honesto sobre quien uno es.

Esta historia de vida forma parte de la campaña “Soy Migrante”, como parte del proyecto “Marca la Diferencia”

SDG 4 - EDUCACIÓN DE CALIDAD
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS