Me llamo Gisela, soy de Honduras y vivo en Jaén, es decir estoy a más de 8.306 kilómetros de mi país natal. Me considero una mujer soñadora, luchadora y que no tiene miedo de enfrentarse a nuevos desafíos. Migrar a España fue un reto, y día a día trabajo para conseguir mejores oportunidades para mí y para mi familia.  

Yo tenía un sueño cuando salí de mi país, venía con mi esposo y los dos queríamos formar una familia, en un lugar en el que pudiéramos vivir tranquilos, trabajar, y seguir desarrollándonos personal y profesionalmente. Cuando uno emprende un viaje así es importante tener paciencia, y trabajar para que las cosas se vayan dando. Ahora estamos muy contentos, pues ha nacido nuestro bebé. Estamos convencidos de que venir a España fue la decisión correcta.  

A nivel mundial, la migración me parece algo positivo, pienso que migrar es un derecho que tenemos todos como seres humanos; la decisión de poder elegir a donde ir, alcanzar nuevos horizontes y abrirnos a nuevas oportunidades.

Cuando llegué a España por primera vez sentí ansiedad y miedo, también alegría y emoción, una mezcla de emociones por salir de mi país. En cuanto r a Andalucía, yo pienso que fue una maravillosa coincidencia. Mi madre ya vivía aquí desde hacía un año cuando nosotros llegamos, eso facilitó nuestro proceso de llegada y de integración, pues tener una red de apoyo, en este caso ella y su marido, nos ayudó mucho. Aun así, este proceso tuvo momentos duros, con cuestiones simples como adaptarse a la comida o a la diferencia de horario con mi país, hasta temas como encontrar trabajo, o saber que uno ha dejado su vida en otro país, muy lejos de aquí. 

Para mi ser migrante significa un reto diario de lucha por buscar nuevas oportunidades para cumplir nuestro objetivo: encontrar oportunidades que no tenemos en nuestro país de origen, que nos permitan tener una mejor vida. 

Creo que es algo bueno porque cuando alguien llega a un nuevo lugar se fomenta el intercambio de culturas.

Aquí en Andalucía hay una enorme diversidad cultural, convivo con personas de distintos países, con quienes he podido compartir experiencias y aprender también de ellos; compartiendo mi cultura, he podido enriquecerla. Actualmente trabajo en una casa, cuidando a una persona mayor, acompañándole y ayudando con la limpieza. Estando lejos he aprendido a ser más independiente y a buscarme la vida, aquí tenemos más libertad, pero eso implica también un nivel más alto de responsabilidad. Estar aquí nos ha permitido crecer, individualmente y como familia, yo siento que nos hemos hecho más fuertes.  

Me gusta la paz, la seguridad y la tranquilidad con la que se vive aquí, y si tuviera que definir Andalucía pensaría en seguridad, nuevas oportunidades y crecimiento personal. No es fácil abandonar tu país. Cuando una persona decide irse de su casa, de su país, deja a la familia, lo que uno tiene y ha construido. Y por eso me gustaría que se tenga respeto hacia las personas migrantes, que no se juzgue sin conocer cada historia que hay detrás, y que nos den la oportunidad de integrarnos tanto en el aspecto laboral como personal y profesional, para que podamos adaptarnos y contribuir con la sociedad que nos acoge.  

Esta historia de vida forma parte de la campaña “Soy Migrante”, como parte del proyecto “Marca la Diferencia”

SDG 1 - FIN DE LA POBREZA
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS