Historia
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  • Monica Chiriac | Media and Communications Officer, Yemen

Advirtiendo un marcado empeoramiento de la situación económica y política en Argentina, Agustina decidió que no tenía más opción que la de irse si quería construir un futuro más próspero para sí misma. “La generación de mis abuelos pudo acceder a una vivienda propia, pero esos días pertenecen al pasado”, explica Agustina. “Ahora la gente ni siquiera sabe si podrá alquilar”. 

A comienzos de 2021, en medio de la pandemia, Agustina transitó incansablemente por diversas instancias de la administración pública a fin de presentar los papeles para postularse en una Maestría en Servicios Públicos y Políticas Sociales en Salamanca, España. “Todo el mundo enfrenta un desafío cuando toma la decisión de migrar; navegar por procesos burocráticos durante la pandemia fue la cruz que tuve que cargar”, dice sonriendo.

Cuando llegó a España el proceso de adaptación fue mucho más fácil de lo que ella imaginaba, puesto que varios de sus colegas ya estaban allí estudiando políticas sociales y sintió que eran mucho más abiertos con los migrantes. Un par de meses más tarde, durante sus llamados tarde por la noche, sus padres ya estaban notando algunas de las nuevas palabras que ella usaba y su acento ligeramente diferente.

Sin embargo a Agustina le llevó algo de tiempo poder adaptarse a las formas mucho más frías de los europeos. “En Argentina es posible llamar a alguien y decirle que justo estás enfrente de su casa y la gente no duda en invitarte a entrar; pero aquí es necesario concertar una cita semanas antes”, dice ella un poco en broma.

España me ha abierto los ojos sobre muchas cosas que desconocía. En Argentina no me había encontrado con tantos migrantes latinoamericanos o africanos como aquí. Ahora me llevo un poquito de cada persona con la que me cruzo.

Para aliviar un poco la nostalgia que siente por su hogar, junto a otros amigos latinoamericanos a menudo organiza cenas los domingos. En especial cuando se siente triste, llama a su abuela y le pide una receta de empanadas y ese pedido alegra el día de ambas. 

“A veces contemplo la posibilidad de regresar a mi hogar”, confiesa Agustina, “pero después escucho los problemas de mis amigos”. Muchos estudiantes de Argentina no pueden terminar sus estudios y deben comenzar a trabajar a temprana edad, explica. “No es el tipo de futuro que yo quiero para mí o para mi futura familia”, dice.

El objetivo de Agustina en este momento es conseguir trabajo, seguir estudiando y crecer como persona en España. ©IOM/Monica Chiriac

Agustina se considera una enérgica activista que lucha por los derechos de las mujeres y que ya ha trabajado con varias organizaciones sin fines de lucro. En su provincia, las mujeres son más vulnerables a la violencia basada en género y recientemente el aborto ha sido considerado como una práctica ilegal. La migración es un tema que la apasiona y por ello ha ayudado a muchas mujeres migrantes a escribir sus CV y ha realizado tareas de concientización entre las adolescentes acerca de la discriminación y los discursos de odio.

Para desarrollar aún más su capacidad de análisis,  Agustina recientemente concurrió a una capacitación organizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el marco de su Iniciativa Migrando Miradas. Se trata de un proyecto que promueve la comunicación ética sobre migración entre futuros periodistas y les brinda apoyo en la lucha contra la información errada, la xenofobia y los discursos de odio.

Argentina será siempre la casa de Agustina y con alegría regresará a visitar a familiares y amigos; pero su actual objetivo es encontrar un trabajo, avanzar más en sus estudios y crecer como persona en España.

Por sobre todas las cosas ella quiere que sus padres estén orgullosos. 

Los padres de Agustina viajaron desde Argentina para asistir a la ceremonia de graduación en Salamanca, España. ©IOM/Monica Chiriac

El año pasado finalmente vinieron a visitarla para su graduación. “Por primera vez lograron ver a la Agustina de antes en su entorno de actual y pudieron comprenderlo – me dijeron que podía quedarme si era eso lo que me hacía feliz”.

El proyecto de la OIM “Migrando Miradas” es financiado por el Ministerio de Inclusión Social, Seguridad Social y Migración de España.