Me llamo Mouctar, vengo de Guinea Conakry y vivo en Granada. Antes de venir a España, mi sueño era terminar mis estudios, para mi tener una titulación era muy importante, y sabía que quería dedicarme a algo en lo que pudiera ayudar a otras personas; pensaba quizás medicina, o trabajo social, sin embargo, por un problema de salud ocular, tuve que interrumpir mis estudios. 

Recuerdo que cuando llegué a España todo me parecía muy diferente, me sentía en otro mundo y todo lo que venía me sorprendía. Recuerdo muy bien ese primer día. Me sentía tranquilo y feliz de haber conseguido llegar, sentí que ahora podría luchar por lograr mis sueños, y así ayudar a mi familia. 

En el centro de acogida en el que estaba, me asignaron una plaza en Andalucía, y aunque mi intención era continuar mi viaje hasta Francia, decidí quedarme y soy muy feliz aquí.

Para mí, el ser migrante tiene cosas positivas y otras no tanto. No le deseo a nadie el tener que abandonar su país, sin embargo, pienso que cuando lo haces, puedes aprender mucho, ya que te enfrentas a situaciones que te hacen crecer, te relacionas con personas nuevas que te aportan y vas conociéndote mejor a ti mismo.  

Antes de salir de casa veía el mundo de una manera, aquí pude aprender que el mundo es muy grande, y con ello hay muchas ideas, percepciones, idiomas, y formas de vivir y convivir. Aprender y entender eso me permitió crecer personalmente. Mi proceso personal de adaptación no ha sido siempre fácil, pero me ha ayudado mi forma de ser abierta, conseguir adaptarme y conocer personas nuevas que me han acompañado en este tiempo.

A nivel global, considero que la migración tiene aspectos muy positivos también, y por eso creo en la necesidad de que se generen rutas migratorias seguras y regulares.

En mi día a día, en el trabajo, en los ambientes donde me desenvuelvo, encuentro mucha diversidad, y he hecho buenos amigos. En mis círculos de amigos somos todos iguales el sentido de superioridad genera barreras que impiden la convivencia. 

Lo que más extraño es a la familia y a los amigos, aquellas personas con quienes compartía a diario. También la comida, porque, aunque intento cocinar aquí, no tiene el mismo sabor que tenía en “mi casa”. Aun así, he conseguido sentirme bien estando lejos, incluso me ha sorprendido encontrar similitudes en la forma de vivir aquí y en Guinea Conakri, por ejemplo, el que las personas sean tan amables, y se sienten en las puertas de sus casas para hablar. Ahora trabajo como operario de autobuses y soy activista para temas de inclusión. Poco a poco, he encontrado mi sitio. Para mí Andalucía es convivencia, fraternidad y solidaridad. Ahora veo el mundo de otra forma; grande y diverso.  

Actualmente deseo volver a estudiar para poder trabajar en algo relacionado con el desarrollo social, desafortunadamente, el problema que tengo en los ojos me lo impide. Aun así, vivo el día a día, confiando en que el futuro está en manos del destino, y aunque es incierto, es importante tener sueños para seguir avanzando. Para mí es muy importante seguir trabajando para aportar a un entorno con igualdad, la convivencia y la fraternidad. Contribuir con la paz y la mejora del lugar en el que vivo.  

Esta historia de vida forma parte de la campaña “Soy Migrante”, como parte del proyecto “Marca la Diferencia”

 

SDG 1 - FIN DE LA POBREZA
SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 16 - PAZ, JUSTICIA E INSTITUCIONES SÓLIDAS
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS