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Combatir la xenofobia es clave para una recuperación efectiva de COVID-19

Combatir la xenofobia es clave para una recuperación efectiva de COVID-19

Ginebra - Pocas crisis en nuestra memoria colectiva han tenido el alcance global del COVID-19. En todas nuestras sociedades, las comunidades han respondido a esta pandemia con una fuerte cooperación y solidaridad. Algunos, sin embargo, han encontrado en esto un pretexto para hacer de chivo expiatorio a los extranjeros, incluidos los migrantes, y otros que viven en los márgenes de la sociedad, culpándolos por la propagación del virus.

Los incidentes racistas y xenófobos relacionados con el brote han sido muy extendidos. Estos incluyen agresiones verbales y físicas, exclusión social, denegación de acceso a bienes y servicios, boicot a empresas, restricciones discriminatorias de movimiento y políticas de cuarentena, así como una retórica xenófoba de políticos, otras figuras públicas y los medios de comunicación, en lo que el Secretario General de la ONU ha descrito como un "tsunami de odio y xenofobia".

A medida que disminuyen las medidas estrictas de confinamiento, nos preocupa que los incidentes de xenofobia aumenten aún más, exacerbados por las tensiones sociales creadas por la crisis económica pronosticada. A medida que los países de todo el mundo dan los primeros pasos para reabrir sus sociedades y devolver a sus poblaciones a las calles, las escuelas, las tiendas y los lugares de trabajo, es aún más importante que la lucha contra la xenofobia continúe y se integre en los esfuerzos de recuperación económicos y sociales.

El miedo y la incertidumbre en medio de una pandemia es comprensible, pero este miedo no debe justificar la xenofobia y el racismo. Las actitudes discriminatorias y los crímenes de odio basados en el miedo comprometen los derechos de las personas señaladas, afectan la seguridad de todos y socavan el complejo proceso de recuperación. Es esencial que se brinde al público información precisa sobre cómo se propaga la enfermedad. La información errónea constante sobre el papel de los "extranjeros" o "forasteros" en la propagación del virus causa estragos, pone vidas en peligro y evita que las personas tomen decisiones acertadas para protegerse a sí mismos, a sus familias y a la comunidad en general.

El derecho a la salud es universal. Todas las personas deberían poder buscar y recibir atención médica si sospechan que han estado expuestos al virus, y compartir información para evitar su propagación. Los migrantes y sus comunidades no tendrían que temer enfrentar discriminación, represalias u otras consecuencias adversas por hacerlo. Muchos Estados reconocen esto y han otorgado a los migrantes el acceso gratuito a las pruebas y al tratamiento del COVID-19 independientemente de su estado legal, asegurando que aquellos en situación irregular no sean reportados a las autoridades de inmigración.

Las economías y las sociedades se ven fortalecidas por las abundantes contribuciones de las personas migrantes en todo el mundo. Cuando se les da la oportunidad, los migrantes juegan y así lo están haciendo un papel esencial en la investigación científica, la atención médica y en el apoyo a industrias esenciales como la producción de alimentos, el transporte y la producción de equipos de protección personal. La contribución de los migrantes será esencial para que nos recuperemos de los impactos de la pandemia. Para garantizar que los migrantes no se vean amenazados por la xenofobia y la discriminación, la OIM pide:

  • Comunicaciones públicas basadas en hechos y datos objetivos para no contribuir a la xenofobia o la discriminación racial. Tanto los líderes políticos, los medios de comunicación, los líderes comunitarios y religiosos y los grupos de la sociedad civil tienen responsabilidad en este sentido. Los individuos solo pueden tomar decisiones acertadas si tienen información precisa sobre cómo se propaga la enfermedad.
  • Campañas de sensibilización y políticas que fomenten la cohesión social. Todas las personas tienen derecho a ser tratados con dignidad y respeto. Los no nacionales que están bajo la jurisdicción de un Estado, incluidos los varados debido al cierre de fronteras, tienen derecho a que se respeten sus derechos y se les permita el acceso a los servicios necesarios sin temor a represalias.
  • Las medidas para prevenir y abordar la discriminación y la estigmatización de los planes de respuesta COVID-19 de los Estados deben incluir esfuerzos para prevenir la violencia y los delitos de odio contra los migrantes y otros grupos basados en la nacionalidad o el origen étnico. Los responsables de tales crímenes deben rendir cuentas.
  • Políticas relativas a la entrada y permanencia de ciudadanos extranjeros que cumplan con las obligaciones internacionales y no se basen en la intolerancia y el miedo.

Ahora más que nunca, la seguridad de nuestra sociedad en su conjunto depende de la protección efectiva de los más vulnerables. La xenofobia y la discriminación socavan nuestra respuesta a la pandemia de COVID-19.
La OIM junto con nuestros socios de la diáspora han emitido una declaración conjunta que reafirma la solidaridad frente a la xenofobia provocada por el COVID-19. A medida que los países avanzan hacia la segunda, tercera fase y más allá en sus planes de respuesta al COVID-19, el respeto de los derechos de todas las personas, incluidas las migrantes, maximizará nuestro éxito para frenar la pandemia y promover una recuperación efectiva e inclusiva.